domingo, 2 de junio de 2013

Los siete contra Tebas

El Rey Adrasto de Argos tenía dos hijas: Egiea y Deípile. Muchos príncipes iban a tirar la onda de casarse con alguna de ellas, así que Adrasto consultó al Oráculo (para los que tienen mala memoria, el Oráculo viene a ser como una Aschira o Blanca Curi, pero más efectivo) porque le daba cagazo que algún potencial yerno pudiese convertirse en su enemigo.

Apolo le dijo: «Unce a un carro de dos ruedas el jabalí y el león que luchan en tu palacio.»
Adrasto respondió: LO QUÉ??

Entre los candidatos, había dos que mejor perderlos que encontrarlos… Polinices y Tideo.

Polinices tenía un mellizo, Eteocles, ellos eran hijos de Edipo y habían sido elegidos co-reyes de Tebas después del destierro del que se curtió a la madre.

Dr. Freud: - Everybody loves Edipo…

Convinieron en reinar durante años alternados, pero cuando a Eteocles le tocaba entregar el trono al fin de su mandato le dijo: “SÍ, ÉSTA”. Alegó mala disposición de Polinices y lo desterró a la mierda.  

El otro candidato era Tideo, hijo de Éneo de Calidón, que había matado a su hermano Melanipo en una cacería (ninguno leyó el Martín Fierro, claro), aunque él decía que había sido un accidente.

Cuestión que (bocanada de cigarro) como antes se decía por el barrio que Melanipo lo iba a matar a Tideo, todos los pibes de Calidón dijeron tras el “accidente”: “AHH! Entonces el vago de Tideo lo mató antes para que el Melanipo no le hiciera cagar fuego a él!! AAHHH!! Alto gato, re despierto, el Tideo”
Y desterraron a Tideo.

Dicho todo esto, ahora explicamos lo que dijo Apolo sobre el jabalí y el león que luchan:
Resulta que el emblema de Tebas es un león y el de Calidonia un jabalí, y los dos pretendientes desterrados (Polinices, de Tebas y Tideo, de Calidonia) exhibían esas figuras en sus escudos.
Otra que San Telmo vs. El Docke.

Una noche, en el palacio de Adrasto, los dos candidatos se cagaron a trompadas, por ver quién la tenía más larga, y si no era por Adrasto, que los separó y les preparó un ferné a cada uno para reconciliarlos, se pudría el rancho, feo.

Entonces, teniendo en cuenta lo que había dicho Apolo…
Apolo: - Qué dije?  Que Adrasto tenía que recuperar la mirada de tigre?
No, eso fue a Rocky, en la III
Apolo: - Ah… entonces?
«Unce a un carro de dos ruedas el jabalí y el león que luchan en tu palacio.»
Apolo: - Ahhh! La boludez esa, cierto…

Bien, teniendo en cuenta eso, Adrasto casó a los dos chabones con sus dos hijas y les prometió que les reestablecería sus respectivos reinos. Quedaron en ir primero a Tebas porque el GPS indicó que era más cerca.
Y se armó la expedición nomás…  Adrasto sumó a cuatro compañeros del gremio: Capaneo, Hipomedonte, su cuñado Anfiarao el adivino, y su aliado arcadio Partenopeo. Y junto con los dos quilomberos yernos, salieron “Los siete contra Tebas”.

Cuando llegaron a Nemea, donde reinaba Licurgo, querían tomar un cacho de agua. Como no encontraron ninguna estación de servicio, el rey Licurgo le ordenó a su sierva  Hipsípila que los guiara hacia el chino más cercano. Ella cuidaba al hijo del rey, así que cuando lo dejó un rato para acompañar a los otros, una serpiente enroscó al niño y lo mató.
Anfiarao se tocó un huevo y dijo: “Loco, todo mal… esto es una señal de mala leche”.
Entonces, instituyeron los Juegos Nemeos en honor al pibe, con la guita de tus impuestos.

Cuando llegaron a Citerón, Adrasto mandó a Tideo a que rosqueara con los tebanos para que Eteocles abdicase el trono en favor de Polinices. Lo sacaron cagando, así que Tideo desafió a todos los jefes del PJ Eteoclista y los venció a todos. Cuando no quedaban más tebanos que se animaran a enfrentarse a Tideo, nuestros superamigos argivos se acercaron a las murallas de la ciudad y se apostaron cada uno delante de una de las 7 puertas.
Bueno, le rompieron el orto a los tebanos en una escaramuza, pero Capaneo (uno de los superamigos argivos) comenzó a subir por la muralla y Zeus lo partió con un rayo.

Zeus: - HOLIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSSSSSSS

Los tebanos se envalentonaron con eso, y mataron a otros tres de los superamigos. Por esas casualidades de la vida, Tideo fue herido en el vientre por un tal Melanipo (el mismo nombre que su hermano muerto en un “accidente”).

Atenea, que le tenía ganas a Tideo, se sintió mal al verlo medio tomuer, así que le pidió a su padre, Zeus, que le diera un elíxir infalible para reponerlo.

Zeus: - Se lo di, no digan que no soy un padre re progre. Igual fue al pedo, jijijijiji.

Pero Anfiarao (el Vandor de los superamigos) traicionó a Tideo porque le tenía bronca, así que le cortó la cabeza al grito de: «¡Esta es tu venganza! ¡Abre el cráneo y trágate los sesos! Y ponte tu pollera cortita, para salir al baile conmigo, ya es de madrugada.»

Atenea llegó con el elíxir demasiado tarde y se fue re caliente al ver la secuencia.

De los siete fantásticos, solo quedaban Polinices, Anfiarao y Adrasto. Como Polinices quería parar con la matanza, propuso que se decidiera la sucesión al trono mediante un combate singular con Eteocles. Su hermano aceptó. En la lucha, cada uno hirió mortalmente al otro.

El tío Creonte se hizo cargo del ejército tebano y venció a los argivos desalentados.

Anfiarao huyó en su carro por la ribera del río Ismeno, como buen cagón y traidor… un tebano estuvo a punto de atravesarlo con su lanza cuando ZEUS abrió la tierra con un rayo y Anfiarao desapareció. Ahora reina vivo entre los muertos…

Zeus: - No sé de qué me están hablando… yo, argentino.

Ya derrotados, Adrasto montó su caballo alado y se tomó el palo. Después se enteró que el tío Creonte no dejaba que se enterrara a los enemigos caídos en la batalla.
Así que fue a Atenas como suplicante y le pidió a Teseo que fuese a Tebas a castigar la forrada de Creonte.

Teseo, que tenía sus buenos punteros, tomó la ciudad en un ataque sorpresa, encarceló a Creonte y le dio los cadáveres de los superamigos muertos a sus parientes, que hicieron un fogón para quemarlos. Se cantaron temas de Santaolalla, León Gieco y Cuchi Leguizamón.

Evadne, la mujer de Capaneo (el que murió partido por el rayo de Zeus) no quiso separarse de su marido. Y como la tradición dice que los que son partidos por el rayo de Zeus tienen que ser enterrados aparte y cercar sus tumbas, a Evadne le chifló el moño, se tiró al fogón y se quemó viva.
Los santiagueños que estaban ahí la re flashearon.

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